Llamé a Midori por teléfono.
—Quiero hablar contigo —le dije—.
Tengo muchas cosas que contarte. Eres lo único que deseo en este mundo.
Necesito verte. Quiero empezar una nueva vida a tu lado.
Al otro lado de la línea, Midori
enmudeció durante largo tiempo. Aquel silencio recordaba todas las lluvias del
mundo cayendo sobre la faz de la Tierra. Yo, mientras tanto, permanecí con los
ojos cerrados y la frente apoyada en el cristal. Por fin, Midori habló.
—¿Dónde estás?—susurró.
¿Dónde estaba? Todavía con el
auricular en la mano, levanté la cabeza y miré alrededor de la cabina. ¿Dónde
estaba? No logré averiguarlo. No tenía la más remota idea de dónde me hallaba. ¿Qué
sitio era aquél? Mis pupilas reflejaban las siluetas de la multitud dirigiéndose
a ninguna parte. Y yo me encontraba en medio de ninguna parte llamando a
Midori.
I phoned Midori.
"I have to talk to you," I said. "I have a million things to
talk to you about. A million things we have to talk about. All I want in this
world is you. I want to see you and talk. I want the two of us to begin everything
from the beginning."
Midori responded with a long, long silence the silence of all the misty
rain in the world falling on all the new mown lawns of the world. Forehead
pressed against the glass, I shut my eyes and waited.
At last, Midori's quiet voice broke the silence: "Where are you
now?"
Where was I now? Gripping the receiver, I raised my head and turned to see
what lay beyond the phone box. Where was I now? I had no idea. No idea at all.
Where was this place? All that flashed into my eyes were the countless shapes
of people walking by to nowhere. Again and again I called out for Midori from
the dead centre of this place that was no place.
(H. Murakami, Tokio Blues -Norwegian Wood-)
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